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Magozwe Magozwe

Texto Lesley Koyi

Ilustraciones Wiehan de Jager

Translated by Translators without Borders, Rita Rolim, Priscilla Freitas de Oliveira

Lectura en voz alta Alfredo Ferreira

Lengua portugués

Nivel Nivel 5

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Na movimentada cidade de Nairobi, longe de uma vida despreocupada em casa, vivia um grupo de meninos sem abrigo que vivia um dia de cada vez. Certa manhã, os meninos estavam arrumando as suas esteiras depois de uma noite passada dormindo ao relento e no chão. Para se aquecerem, acenderam uma fogueira com lixo. Entre os meninos estava Magozwe, o mais novo do grupo.

En la ajetreada ciudad de Nairobi, lejos de la apacible vida hogareña, vivía un grupo de jóvenes mendigos. Vivían el día a día como si no hubiera futuro. Una mañana, los chicos estaban empacando sus mantas después de dormir en la fría calle. Prendieron una fogata con basura para espantar el frío. Uno de los jóvenes del grupo era Magozwe. Era el más joven.


Magozwe tinha apenas cinco anos quando os seus pais morreram. Foi então que foi viver com o tio. O tio não cuidava do menino e nem lhe dava comida suficiente. Além disso, obrigava-o a fazer trabalhos pesados.

Cuando los padres de Magozwe murieron, él sólo tenía cinco años de edad. Se fue a vivir con su tío. Pero Magozwe no le importaba a ese hombre. No le daba suficiente comida. Y lo hacía trabajar muy duro.


Se Magozwe reclamasse ou fizesse perguntas, o tio batia nele. Quando Magozwe perguntava se podia ir à escola, o tio batia nele e dizia: “É estúpido demais para aprender o que quer que seja.” Passados três anos, Magozwe fugiu da casa do tio e começou a viver na rua.

Si Magozwe se quejaba o hacía preguntas, su tío le daba una golpiza. Cuando Magozwe le preguntó si podía ir a la escuela, su tío lo golpeó y le dijo, “eres demasiado estúpido para aprender”. Después de tres años de vivir así, Magozwe se escapó de la casa de su tío. Empezó a vivir en la calle.


A vida de rua era difícil e a maior parte dos meninos enfrentava uma luta diária para conseguir arranjar comida. Às vezes, eram presos ou espancados. Quando estavam doentes, não tinham ninguém para ajudá-los. Os meninos dependiam do pouco dinheiro que conseguiam arranjar pedindo e vendendo plásticos e outros materiais recicláveis. A vida tornava-se ainda mais difícil por causa das brigas com grupos rivais que queriam controlar partes da cidade.

La vida en la calle era difícil y muchos de los niños tenían dificultades para conseguir comida día a día. Algunas veces los arrestaban, otras veces les daban golpizas. Cuando se enfermaban, no tenían quién los ayudara. El grupo de jóvenes dependía de lo poco que recibían mendigando, de la venta de plásticos y del reciclaje. La vida era aun más difícil por las peleas con grupos rivales que querían tener el control de ciertas partes de la ciudad.


Um dia, quando Magozwe estava vasculhando os caixotes do lixo, encontrou um velho livro de contos meio rasgado. Limpou a poeira e enfiou na sua sacola. Todos os dias que se seguiram Magozwe folheava o livro e observava as ilustrações porque não sabia ler as palavras.

Un día, Magozwe estaba escarbando los basureros y encontró un libro de cuentos viejo y destrozado. Le quitó el polvo y lo guardó en su bolsa. Todos los días, sacaba el libro y miraba las ilustraciones. Pero no sabía cómo leer las palabras.


As imagens contavam a história de um menino que se tornou piloto. Magozwe sonhava acordado com a ideia de vir a ser piloto um dia. Às vezes, imaginava ser o menino da história.

Las ilustraciones contaban la historia de un chico que creció y se convirtió en piloto. Magozwe fantaseaba con ser piloto. A veces, se imaginaba que él era el chico de la historia.


Um dia em que estava frio e Magozwe pedia à beira da estrada, um senhor veio falar com ele. “Olá, me chamo Thomas e trabalho aqui perto, num sítio em que você pode vir comer qualquer coisa”, disse. O senhor apontou para uma casa amarela com um telhado azul e perguntou “Posso contar com você para o almoço?”. Magozwe olhou para o senhor e depois para a casa, respondeu “Talvez” e foi embora.

Hacía frío y Magozwe estaba mendigando en la calle. Un hombre se le acercó. “Hola, soy Thomas. Trabajo cerca de aquí, en un lugar donde podemos darte comida,” dijo el hombre. Apuntaba hacia una casa amarilla con techo azul. “Ojalá vayas pronto a buscar comida” le dijo. Magozwe miró al hombre, y después miró la casa. “Quizá”, dijo, y se fue.


Nos meses seguintes, os meninos sem abrigo se acostumaram a ver Thomas por ali. Ele gostava de falar com as pessoas, especialmente com os sem-abrigo que viviam na rua. Thomas ouvia as histórias das vidas das pessoas com respeito e paciência e nunca era mal-educado. Alguns meninos começaram a ir à casa amarela e azul ao meio-dia para comer.

Con el paso de los meses, los jóvenes mendigos se acostumbraron a la presencia de Thomas. Él disfrutaba hablar con la gente, especialmente con los mendigos. Thomas escuchaba las historias de sus vidas. Era serio y paciente, y nunca maleducado ni irrespetuoso. Algunos de los chicos empezaron a ir a la casa amarilla y azul a buscar comida al mediodía.


Magozwe estava sentado na calçada folheando o seu livro quando Thomas veio sentar ao seu lado. “Sobre o que é que é a história?”, indagou Thomas. “É sobre um menino que se tornou piloto”, respondeu Magozwe. “Como se chama o menino?”, perguntou Thomas. “Não sei, não sei ler”, disse Magozwe baixinho.

Magozwe estaba sentado en la calle mirando su libro cuando Thomas vino y se sentó a su lado. “¿De qué trata la historia?” preguntó Thomas. “Trata sobre un chico que se convierte en piloto,” respondió Magozwe. “¿Cómo se llama el niño?” preguntó Thomas. “No sé porque no sé leer,” dijo Magozwe en voz baja.


Quando se conheceram, Magozwe começou a contar a sua história para Thomas, a história do seu tio e de como o menino fugiu. Thomas não falava muito nem lhe dizia o que fazer, apenas ouvia com atenção. Às vezes, conversavam na hora de almoço na casa do telhado azul.

Cuando volvieron a reunirse, Magozwe le relató la historia de su vida a Thomas. Le habló de su tío y de por qué huyó de esa casa. Thomas no hablaba mucho, y no le decía a Magozwe qué hacer, pero siempre le escuchaba con atención. Algunas veces conversaban mientras comían en la casa del techo azul.


Quando Magozwe fez dez anos, Thomas ofereceu-lhe um livro novo. O livro contava a história de um menino da aldeia que se tornou num jogador de futebol famoso. Thomas leu a história para Magozwe muitas vezes até que um dia disse: “Acho que está na hora de você ir para a escola e de aprender a ler. O que você acha?” Thomas explicou que sabia de um lugar onde as crianças podiam viver e ir à escola.

Cuando Magozwe cumplió alrededor de diez años, Thomas le regaló un nuevo libro de cuentos. Era la historia de un niño de una aldea que creció y se convirtió en un famoso jugador de fútbol. Thomas le leyó esa historia a Magozwe en muchas ocasiones, hasta que un día le dijo, “Creo que ya es tiempo que vayas a la escuela y aprendas a leer. ¿Qué te parece?” Thomas le explicó que conocía un lugar donde los niños podían vivir e ir a la escuela.


Magozwe refletiu sobre como seria mudar-se para este lugar e sobre começar a ir à escola. E se o tio tivesse razão e Magozwe fosse demasiado estúpido para aprender o que quer que fosse? E se começassem a bater nele? Magozwe tinha medo. “Talvez seja melhor continuar a viver na rua”, pensou.

Magozwe pensó en este nuevo lugar y en ir a la escuela. Pero, ¿y si su tío tenía razón y era demasiado estúpido para aprender? ¿Y si volvían a darle golpizas en este nuevo lugar? Magozwe sintió miedo. “Quizá sea mejor seguir viviendo en la calle,” pensó.


Magozwe contou tudo isto para Thomas que, depois de algum tempo, acabou conseguindo o convencer de que a vida podia ser melhor naquele lugar novo.

Magozwe le habló de sus miedos a Thomas. Con el paso del tiempo, Thomas pudo asegurarle al chico que su vida iba a ser mejor en ese nuevo lugar.


Foi então que Magozwe se mudou para uma casa com um telhado verde, onde partilhava um quarto com outros dois meninos. Para além da Titi Cissy e do seu marido, três cães, um gato e um bode velho, nesta casa viviam ainda dez crianças.

Y así fue como Magozwe se fue a vivir a una habitación en una casa con techo verde. Compartía su habitación con otros dos chicos. Había un total de diez chicos viviendo en esa casa. Vivían junto a la tía Cissy y su esposo, tres perros, un gato y una vieja cabra.


Quando Magozwe começou a ir à escola, nada foi fácil porque tinha muita matéria atrasada. Às vezes, tinha vontade de desistir, mas depois lembrava-se do piloto e do jogador de futebol das suas histórias. Tal como estes personagens, ele não podia desistir.

Magozwe empezó a ir a la escuela y fue difícil. Tenía mucho con qué ponerse al día. Muchas veces quiso rendirse. Pero pensaba en el piloto y en el jugador de fútbol de los libros. Al igual que ellos, Magozwe no se rindió.


Magozwe estava sentado no jardim da casa do telhado verde lendo um livro para a escola quando Thomas veio se sentar ao seu lado. “Que livro está lendo?”, perguntou Thomas. “É uma história sobre um menino que se tornou professor”, respondeu Magozwe. “Como se chama o menino?”, disse Thomas. “Chama-se Magozwe”, afirmou Magozwe com um sorriso.

Magozwe estaba sentado en el patio de la casa del techo verde, leyendo un libro de cuentos de su escuela. Thomas se le acercó y se sentó junto a él. “¿De qué trata la historia?” preguntó Thomas. “Trata sobre un chico que se convierte en profesor,” respondió Magozwe. “¿Cómo se llama el chico?” preguntó Thomas. “Su nombre es Magozwe,” dijo Magozwe sonriendo.


Texto: Lesley Koyi
Ilustraciones: Wiehan de Jager
Translated by: Translators without Borders, Rita Rolim, Priscilla Freitas de Oliveira
Lectura en voz alta: Alfredo Ferreira
Lengua: portugués
Nivel: Nivel 5
Fuente: Magozwe del African Storybook
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