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Anansi und die Weisheit Anansi y la sabiduría

Texto Ghanaian folktale

Ilustraciones Wiehan de Jager

Translated by Anna Westpfahl

Lectura en voz alta Jula Eberth

Lengua alemán

Nivel Nivel 3

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Vor langer, langer Zeit wussten die Menschen gar nichts. Sie wussten nicht, wie man Pflanzen anbaut, wie man Tücher webt, oder wie man Eisenwerkzeuge herstellt. Der Gott Nyame oben im Himmel hatte die ganze Weisheit der Welt. Er bewahrte sie sicher in einem Tontopf auf.

Hace mucho, mucho tiempo la gente no sabía nada. No sabían cómo cultivar, o cómo tejer tela, o cómo hacer herramientas de hierro. El dios Nyame arriba en el cielo tenía toda la sabiduría del mundo. La mantenía guardada en una vasija de barro.


Eines Tages beschloss Nyame, den Tontopf Anansi zu geben. Jedes Mal, wenn Anansi in den Topf schaute, lernte er etwas Neues. Es war so aufregend!

Un día, Nyame decidió darle la vasija de sabiduría a Anansi. Cada vez que Anansi se asomaba y miraba dentro de la vasija de barro, aprendía algo nuevo. ¡Qué impresionante!


Gierig dachte Anansi: „Ich werde den Topf sicher im Gipfel eines Baumes aufbewahren. So habe ich ihn ganz für mich allein!“ Er spann einen langen Zwirn, wickelte ihn um den Tontopf und band ihn um seinen Bauch. Er begann, den Baum hinaufzuklettern. Aber es war schwer den Baum so hinaufzuklettern, da der Topf ständig gegen seine Knie stieß.

El codicioso Anansi pensó, “voy a guardar la vasija en la copa de un árbol muy alto. ¡Y será sólo mía!” Hiló un hilo largo, envolvió con él la vasija de barro, y lo ató a su cintura. Empezó a trepar el árbol. Pero se le hacía muy difícil trepar el árbol con la vasija constantemente pegándole en las rodillas.


Die ganze Zeit hatte Anansis junger Sohn unten am Baum gestanden und ihm zugeschaut: „Wäre es nicht leichter, wenn du dir den Topf stattdessen auf den Rücken bindest?“ Anansi versuchte es mit dem Topf auf dem Rücken und es ging in der Tat viel besser.

Mientras tanto, el hijo pequeño de Anansi lo miraba desde abajo y le dijo, “¿No sería más fácil trepar si te ataras la vasija a tu espalda?” Anansi ató la vasija llena de sabiduría a su espalda y, efectivamente, fue mucho más fácil.


Im Nu erklomm Anansi die Baumspitze. Aber dann hielt er inne und dachte: „Ich soll derjenige mit der ganzen Weisheit sein und eben war mein Sohn schlauer als ich!“ Dies verärgerte Anansi so sehr, dass er den Tontopf vom Baum hinunter warf.

En un instante logró llegar a la copa del árbol. Pero entonces se detuvo a pensar: “Se supone que yo soy quien tiene toda la sabiduría, ¡pero mi hijo fue más listo que yo!” Anansi se enojó tanto que lanzó la vasija desde lo alto del árbol.


Am Boden zerbrach er in viele Stücke. Die Weisheit gehörte nun allen. Und so lernten die Menschen, Landwirtschaft zu betreiben, Tücher zu weben, Eisenwerkzeuge herzustellen und alles andere, was wir heute wissen.

Quedó hecha pedazos en el suelo. La sabiduría quedó libre y disponible para todos. Y así fue cómo la gente supo cultivar, tejer, hacer herramientas de hierro, y muchas otras cosas más.


Texto: Ghanaian folktale
Ilustraciones: Wiehan de Jager
Translated by: Anna Westpfahl
Lectura en voz alta: Jula Eberth
Lengua: alemán
Nivel: Nivel 3
Fuente: Anansi and Wisdom del African Storybook
Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Creative Commons Atribución 3.0 Internacional.
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